En estos tiempos que corren a mí me ha quedado muy claro que no vale con ser el mejor o el que más lo merezca, lo fundamental es la apariencia.
¿Tienes dos carreras, tres másters, hablas 5 idiomas y además tu método de trabajo es el más eficaz e innovador?
No importa en absoluto; si no vas muy bien afeitado o no vistes las mejores marcas, es muy probable que el puesto de trabajo se lo den a una persona un millón de veces peor preparada que tú pero que lleva trajes de Gucci y se peina como los famosos de las revistas.
Y muchos se preguntarán: ¿qué tiene que ver esto con el título del artículo?
La cuestión radica en que a lo largo de mi vida he vivido muchos deportes desde los cuatro planos posibles: jugador, entrenador, árbitro y espectador; en cada uno de ellos siempre me han inculcado la filosofía de "dar la mano al final del partido" en señal de deportividad.
Pero a este respecto me gustaría mandar un mensaje a determinados "personajes" del mundo del deporte; en concreto a aquellos que a la mínima que cruzas por la zona sacan el codo y con un poco de suerte vuelves a casa con la ceja rota, o los que después de pasar el balón te sueltan una "patadita" que si tienes la fortuna de recibirla con el pie apoyado puede ser que los siguientes seis meses los pases viendo la tele con el pie en alto, o a aquellos que según se forma un ruck (o agrupamiento) te tiran del pelo o te sueltan un puñetazo ante lo cual no puedes hacer nada porque apenas te puedes mover con tanta gente encima.
Aunque también está la versión de aquellos que están todo el partido insultándote para, según ellos, "desconcentrarte" o los que se burlan en tu cara cuando meten una canasta o consiguen un gol.
Sin olvidarnos por supuesto de los entrenadores que desde el pitido inicial están protestando todo (lo que no les beneficia, claro), haciendo gestos que apenas provocan a la grada e incluso faltando al respeto al árbitro y rivales, porque frases del tipo: "¿cómo nos puede estar ganando este equipo si son unos mantas?" o "¿cómo es posible que te haya metido canasta si apenas sabe botar?" se escuchan constantemente en los partidos.
Pues resulta que si no le doy la mano a un jugador que me ha dejado el tabique nasal mirando a Cuenca y que todo el partido me ha estado insultando, soy yo el que no soy deportivo; y quiero dejar claro dos cosas: la primera, como entrenador de niños pequeños soy el primero que les inculco la deportividad obligándoles a dar la mano al final de los partidos a los rivales porque creo que esta medida les beneficiará en el futuro. La segunda es que todo el mundo puede tener mala suerte y en un mal choque quedar lesionado, pero no me estoy refiriendo a aquellos golpes sin mala intención.
¿Pero a un señor de más de 30 años le voy a dar la mano como si no hubiera pasado nada después de dejarme "grogui" de un puñetazo en medio de un ruck?
Y es que este gesto se ve muchas veces y desde mi punto de vista no debería ser así porque encima de que eres tú el que sale lesionado, si no le das la mano además quedas como antideportivo.
Basta ya de jugadores/as cuyo único "placer" en el deporte es hacer daño a otros sin importarles las consecuencias, y por supuesto, basta ya de hipocresía yendo después a dar la mano como si fueras su "colega".
Si me quieres partir el cuello haciéndome un placaje alto, encima no tengas la poca vergüenza de venir al final del partido de "colegueo" queriendo colármela como si no hubiese sido más que un "lance" del partido.
En mi opinión, si en medio del partido golpeo sin intención a un rival voy inmediatamente a interesarme por su estado y disculparme; pero los jugadores a los que me refiero pocas veces les verás disculpándose y mucho menos hacerlo en el mismo momento en el que el otro jugador está KO en el suelo.
Para cerrar este artículo quiero mandar un último mensaje a estos "personajes":
"Si eres antideportivo, maleducado, irrespetuoso y violento, no sumes al final del partido el calificativo de hipócrita; creo con los cuatro primeros adjetivos vas más que sobrado."
P.D: ¿Alguien ha visto a alguno de estos "personajes" ir a dar la mano al final del partido si su equipo ha PERDIDO? Es más, en este caso tienes suerte si de camino al vestuario no te llevas otro "regalo".
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