martes, 6 de octubre de 2009

El mundo del individualismo

En estos días, lo que se prioriza es el individuo, y no el colectivo; si entrenas en un equipo de cualquier deporte a niñ@s, verás que el objetivo primordial de muchos padres es que su hijo sea el que más balones reciba, el que más tiros haga... y no importa si el equipo gana o pierde. Es más, probablemente si el equipo pierde sea "porque a Pepito no le llegan suficientes balones".

Pero también se puede ver en el autobús este hecho, ya que la gente lo primero que busca es un par de asientos vacíos, aunque sea en el fondo del autobús. Y cuando todos y cada uno de los pares de asientos están "ocupados" (es decir, hay una persona sentada), es entonces cuando no hay más remedio que sentarse con alguien.
Pero os invito a que probéis suerte y os sentéis con alguien cuando todavía haya pares de asientos libres, y entonces veréis que la cara de esa persona os dirá "vaya, con todos los sitios libres que hay y se tiene que sentar aquí".

Esta reflexión del individualismo en nuestra sociedad me vino a la cabeza viendo un día el programa de K. Arguiñano en el que decía:
"La gente que tiene hijos debería pagar menos impuestos que aquellos que deciden vivir en pareja pero no quieren tener hijos. Porque hoy en día las pensiones de la gente jubilada y las ayudas a personas necesitadas sale de los impuestos de la gente que actualmente trabaja. Dentro de 50 años, los que pagarán los impuestos de esas personas serán aquellos que hoy en día son niños o están por nacer, es decir, que las pensiones de esas personas que no quieren tener hijos saldrá de los impuestos de los hijos de aquellos que hoy en día han decidido tener descendencia."

Es una reflexión poco usual, pero en mi opinión muy acertada; supongamos que tengo 10 años. Los impuestos de mis padres están ayudando a pagar las pensiones y ayudas de sus propios padres y del resto de personas mayores, al igual que hacen los padres de mis amigos del colegio.
Cuando tengo 30 años tengo un hijo, y ahora soy yo el que con mis impuestos pago las pensiones de mis padres; entonces me hago viejete y son mis hijos los que pagan con sus impuestos mi pensión cuando me jubile.
Pero aquellos que en su día decidieron que no querían tener hijos, cuando se jubilen dejarán un "vacío" en el sistema económico que deberá ser compensado por familias que decidan tener más hijos.

Es sencillo: supongamos que hoy en día hay en nuestro país 1000 personas jubiladas, cobrando cada uno 100€ de pensión; 2000 personas trabajando y que pagan 50€ de impuestos que tienen a su vez 2 hijos cada pareja, es decir, 2000 niños. Resumiendo, el Estado recauda 100.000€ en impuestos y tiene que pagar 100.000€ de pensiones, con lo cual está en equilibrio financiero.
Dentro de 30 años, de las 1000 personas jubiladas quedan 250 (es ley de vida), a los que se añaden 1000 de los que estaban trabajando; en total, 1250 personas jubiladas que cobran 100€ de pensión y hace un total de 125.000€ en pensiones.
En el otro lado están los 1000 trabajadores que quedan a los que se añaden los 2000 niños que ya son mayorcitos, con lo cual se tienen 3000 trabajadores a 50€ de impuestos, hace un total (esto parece el 1,2,3) de 150.000€, con lo cual se está en un superávit.

La cuestión fundamental es que no siempre habrá déficit, pero tampoco habrá siempre superávit, ya que todo depende de la cantidad de personas que producen ingresos al Estado (para eso es fundamental declarar a Hacienda y no defraudar) y de la cantidad de personas que cobran, ya sean pensiones, ayudas por incapacidad o del paro.

Ahora bien, supongamos que en lugar de haber 2000 niños, sólo hay 500 porque hay parejas que sólo quieren tener un hijo o simplemente no quieren tener hijos; en ese caso nos encontraríamos sólo con 1500 trabajadores, es decir, con 75.000€ de impuestos, para tener que pagar 125.000€ de pensiones o ayudas. Y a medida que los trabajadores más veteranos se fueran jubilando, crecerían las pensiones y disminuiría el dinero recaudado, con lo cual se iría a una subida de impuestos.

De ahí que el razonamiento que hizo Arguiñano sea bastante acertado: mis padres produjeron dinero, yo produzco dinero para el Estado con mis impuestos, mis hijos producirán dinero... y así sucesivamente.
En cambio aquellas personas que por propia voluntad deciden cortar la cadena, deberían aumentar su contribución al Estado ya que cuando ellos se jubilen no habrá nadie más que genere ingresos.