viernes, 25 de febrero de 2011

El pícaro y el caradura están separados por una delgada línea

En varios de los artículos en los que he hablado de mis anécdotas y experiencias como árbitro ha saludo el tema de los entrenadores y jugadores que usan artimañas para sacar ventaja al contrario.

Así que hoy he decidido ampliar la visión a ese mundo tan conocido de la antideportividad en el deporte... aunque no en todas las disciplinas, claro está; en deportes como el rugby, balonmano, voleibol, hockey, etc. puede haber jugadores pícaros que saben aprovechar los despistes del rival para sacar ventaja y estoy seguro que habrá algún entrenador/jugador que sea un tramposo redomado, pero en todas partes cuecen habas.

Ahora bien, en el deporte rey del mundo mundial, el fútbol, la picardía se perdió hace tiempo y hoy en día lo que hay es mucho caradura; por ejemplo, una cosa es estar pillo y sacar rápido una falta antes de que se coloque la barrera para coger a la defensa descolocada, y otra muy distinta es retorcerse en el suelo de dolor ante la entrada de un rival que apenas te ha rozado por el simple hecho de que sabes que ya tiene una tarjeta amarilla y si finges que ha sido una entrada brutal, el árbitro puede expulsarle.

Semanas atrás lo vivió en sus carnes Iker Casillas en el partido contra el Espanyol, donde fue expulsado a los dos minutos de comenzar el partido; desde mi punto de vista la jugada fue así:
"Balón largo a la espalda de la defensa y el delantero local se queda solo ante Casillas, que cuando intenta despejar el balón contacta con el pie del ariete; acto seguido el jugador local se retuerce de dolor en el suelo (si alguien ve las imágenes, se aprecia claramente que mientras se revuelca en el suelo está mirando hacia el árbitro) y al árbitro no le queda más remedio que expulsar al portero."

¿Fue falta? Probablemente sí, porque existe "contacto" entre el pie de Casillas y el pie del delantero.
¿El dolor producido fue tal que el delantero no tenía más remedio que retorcerse en el suelo? Lo dudo mucho
¿Si la falta hubiese sido en el centro del campo, el delantero se hubiese levantado rápido para pillar a la defensa descolocada? Por supuesto que sí.

Que quede claro que no estoy siendo partidista en este suceso (creo que ha quedado clara mi afinidad por determinados equipos) pero lo que me molesta sobremanera es el afán antideportivo que está adquiriendo el fútbol, donde es más importante conseguir que te piten una falta a favor en el borde del área que atacar la portería, o que expulsen a un contrario antes que jugar bien...

Pero lo peor de esto es que el "virus" de los caraduras está infectando a un deporte que antes estaba sano: el baloncesto; por favor, basta ya de teatreros al estilo Navarro, Ricky Rubio o Rudy Fernández que parecen recibir una descarga eléctrica en su cuerpo cada vez que un rival contacta levemente con ellos.
Vuelvo a insistir, me parece que una cosa es ser pícaro amagando el tiro para provocar que el defensor salte y al intentar lanzar a canasta nos haga falta al caer, o colocarse delante de un pívot de 120 kg de peso que corre el contraataque como un búfalo sin frenos para provocar la falta en ataque, y otro muy distinta es que al salir de un bloqueo sientas el mínimo roce del defensor y tu cuerpo sufra los efectos de un "rayo imaginario".

Vuelvo a insistir: para pasar de la picardía a la antideportividad hay que dar un paso muy pequeño, y a veces uno piensa que es "el más listo de la clase" y realmente es "el más tramposo del lugar".

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