jueves, 10 de febrero de 2011

Bueno o malo

En el colegio, y más concretamente en la asignatura de Filosofía, me enseñaron que hubo una corriente de pensamiento en la que se pensaba que el hombre era malo o bueno por naturaleza (no voy a entrar en datos concretos porque no soy un experto en la materia, así que me quedaré con el contenido).

Hablando un poco por encima, la teoría de que el hombre es bueno por naturaleza opina que los seres humanos, independientemente de las experiencias vividas y el ambiente donde uno se desarrolla, siempre albergan algo de bondad en su interior aunque sean los mayores villanos de la historia.
Esto quiere decir que si todos viviésemos en un ambiente de cordialidad, paz y amistad, toda la humanidad sería buena y no existiría los delitos ni la maldad.

La otra vertiente opina que los seres humanos nacemos con maldad en nuestro interior y, dependiendo de nuestras experiencias personales, vamos reduciendo ese nivel de malicia de nuestro ser hasta casi desaparecer.

Donde quiero llegar es que según la primera opción, si una persona fuera educada al más alto nivel, sin pasar hambre ni penurias en su vida y sin sufrir experiencias traumáticas o dramáticas en su desarrollo, esto implicaría que dicha persona jamás robaría o mataría a nadie...
Seguro que ahora mismo todos podemos nombrar a cientos de personas que contradicen esto...

Precisamente por eso mi opinión se acerca más a la segunda opción, puesto que creo que todo el mundo alberga algo de maldad en su interior, ya sea en forma de envidia "sana" o mentiras "piadosas".
No digo que todo el mundo es un monstruo, pero sí que creo que dependiendo de la educación que uno recibe (no me refiero a la académica, sino a la de valores en la vida) y de las experiencias vividas, el nivel de malicia aumenta o disminuye en las personas; no nos engañemos, todo el mundo le ha gritado al "listo" de turno que se mete en el último momento en el carril de salida, o ha "inflado" el currículum vitae o las hazañas que su hijo/yerno/nieto hace...y eso, al fin y al cabo, es odio y mentiras, pequeñas y pasajeras, eso sí, pero en el fondo son acciones malas.

Entiendo que en este tema puede haber cientos de puntos de vista pero para sacar conclusiones hay que analizar con cuidado la sociedad en la que vivimos donde siempre se necesita más y más rápido, donde no importa lo que eres sino lo que pareces, donde todo se mide por el éxito y el dinero que ganas... y donde cosas como la felicidad van perdiendo su importancia con el paso del tiempo.

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