Dale que dale con el mismo tema, pero es que en estos últimos meses he visto mucho baloncesto y se me han acumulado las ideas, así que hoy voy a comentar el cambio que poco a poco empieza a vislumbrarse en el horizonte para la selección absoluta femenina de baloncesto.
Sobra decir que las jugadoras que disputaron el Europeo de Letonia son de una calidad sublime dentro del panorama continental, pero también hay que añadir que determinadas jugadoras de las categorías inferiores empiezan a llamar a la puerta del primer equipo con bastante insistencia.
Primero vamos a echar un vistazo a las jugadoras que este verano han destacado por encima del resto, tanto en la selección sub18 (L.Rodríguez, V. Gimeno, A. Gastaminza, Q. Casas, L. Gil o V. Blé) como en la sub20 (C. Ouviña, M. Xargay o L. Herrera, además de las consabidas Torrens, Abalde y Nicholls).
Haciendo un repaso rápido de sus estadísticas en el último torneo continental en el que han participado, vemos los siguiente:
L. Rodríguez (base): 15,3 ptos/ 3,4 reb/ 1,3 asist
V. Gimeno (ala-pívot): 12,1 ptos/ 5,1 reb/ 1,6 asist
A. Gastaminza (alero): 11,1 ptos/ 5,3 reb
Q. Casas (base): 8,7 ptos/ 2,6 reb/ 2,2 asist/ 2,7 rob
L. Gil (pívot): 6,2 ptos/ 5,4 reb
V. Blé (pívot): 8,3 ptos/ 9,7 reb/ 1,8 asist
C. Ouviña (base): 6,9 ptos/ 2,6 reb/ 2,1 asist/ 2,3 rob
M. Xargay (escolta): 7,4 ptos/ 3 reb/ 2,4 asist/ 2,7 rob
L. Herrera (pívot): 9,2 ptos/ 3,7 reb
Queda a la vista de todos que se podría hacer una plantilla entera sólo con estas jugadoras, a las que añadimos las 3 que ya están en el equipo senior para formar un equipo joven con un futuro espectacular. Ahora bien, para ello se necesita un espítitu de acogida por parte de las jugadoras con más experiencia y confianza por parte del entrenador, aspecto del que hablaré más adelante.
En lo que se refiere a las jugadoras del equipo senior destaca el hecho de la veteranía que atesoran muchas de ellas, como E. Aguilar(32), I. Sánchez (32), L. Palau (29 para 30 en unas semanas), A. Valdemoro (32 para 33 en unos días). Pero la experiencia es un grado y eso nadie lo niega, excepto cuando una jugadora como I. Sánchez juega muchos minutos, y de una calidad alta, en los primeros partidos del Europeo para pasar a casi no jugar en los partidos finales del torneo. Este caso se puede aplicar a las jóvenes que acudieron al Europeo, como A. Cruz (9 min. contra Letonia en la 2ª fase, 8 min. contra Italia en cuartos), S. Domínguez (7 min. contra Letonia, 5 min. contra Italia, 0 min. contra Rusia en semifinales), o el más obvio, T. Abalde (2 min. contra Letonia, 1 min. contra Italia, 0 min. contra Rusia, 4 min. contra Bielorrusia en el partido por el bronce).
Y aquí es cuando entra la confianza del entrenador, Evaristo Pérez, en su equipo, hecho que brilla por su ausencia como se puede comprobar viendo que jugadoras como las antes citadas disputan una cantidad de minutos que se ve mermada a medida que llegan los partidos decisivos del torneo. Este hecho repercute en el estado de la jugadora, que siente cómo se la señala con el dedo haciéndola entender que no tiene ese "algo" que el entrenador busca para un partido de alto nivel.
Pero se podría pensar que esto es un hecho aislado hacia las jugadoras jóvenes en un acto de irlas introduciendo progresivamente en la dinámica del equipo absoluto, siempre y cuando alguien explicara el siguiente dato significativo:
13,6 minutos por partido en los 5 primeros encuentros del Europeo
5 minutos contra Letonia en el último partido de la 2ª fase
2 minutos contra Italia en cuartos de final
0 minutos contra Rusia en semifinales
3 minutos contra Bielorrusia en el partido por el bronce
Esta es la evolución de I. Sánchez en el campeonato, y en mi opinión es algo que no se entiende, porque si no cuentas con las jóvenes pero tampoco con las veteranas, entonces es que sólo juegas con 6 ó 7 jugadoras.
Y he aquí el elemento que puede crear más discordia: A. Valdemoro; para mí, la jugadora que ha hecho evolucionar el baloncesto femenino en España, que ha llevado a la selección a cotas antes inimaginables, que fue pionera en el hecho de jugar en un equipo extranjero...pero ahora ha llegado el momento de que deje paso a la nueva generación, y en concreto, a A. Torrens.
Ni mucho menos estoy diciendo que se retire, pero su papel dentro del equipo es distinto al que tenía hace años: antes era la jugadora referencia del equipo, aquella que salía al campo y con 3 triples seguidos sentenciaba el partido; la que se sacaba de la manga una jugada de fantasía para levantar al público de sus asientos, la que con su garra recuperaba balón tras balón. Pero ahora no tiene por qué ser así, y no tiene porqué serlo debido al gran elenco de jugadoras que tiene España en su plantel, desde A. Montañana, con un tiro magnífico y un físico que la convierten en la mejor ala-pívot del continente, a E. Aguilar o L. Palau, dos jugadoras con una visión de juego impresionante, pasando por A. Torrens, una jugadora con un futuro al que a día de hoy no se le ven límites.
Por eso no tiene sentido saltar al campo y acaparar el balón durante 15 segundos de posesión, ni jugarse penetraciones imposibles, ni intentar triple tras triple cuando no estás en racha, y lo que tampoco tiene sentido es que la selección desarolle un estilo de juego en los primeros 6 partidos del campeonato (en los que Amaya estuvo lesionada) basado en el contragolpe con Torrens o en los triples con Montañana o Aguilar, y cuando entra en la dinámica de equipo el estilo de juego se vuelve caótico porque no se sigue en la línea previa que tan buenos resultados había dado.
Y precisamente es por estos motivos por los que creo que Valdemoro debe ir adoptando el rol que le toque en cada momento y no intentar ser la jugadora que revolucione el partido en cada acción que protagonice.
Y como conclusión debo añadir a modo de opinión personal que en los primeros años de su carrera ganó prácticamente ella sola muchos títulos para España y llevó el baloncesto femenino a niveles inesperados, pero en los últimos años está inclinando la balanza al lado contrario haciendo perder partidos por su precipitación, su constante acaparación del balón y el hecho de no amoldarse a roles secundarios cuando hay otras jugadoras tirando del equipo.
Y no quiero cerrar este análisis sin mandar un pequeño recado a todos aquellos que, con mucho morro y demagogia, se rasgaron las vestiduras cuando Pau Gasol ganó el anillo de la NBA porque a su modo de ver la realidad creían que no se había sido justo con A. Valdemoro cuando ganó 3 anillos de la WNBA porque no se le había dado el mismo trato. Pues bien, como habréis podido comprobar, me encantan las estadísticas y aquí van unas pocas:
Pau Gasol: 81 partidos/ 37 min/ 18,9 ptos/ 9,6 reb/ 3,5 asist/ 1 tap (fase regular)
23 partidos/ 40,5 min/ 18,3 ptos/ 10,8 reb/ 2,5 asist/ 2 tap (play-off)
A. Valdemoro:16 partidos/ 3,8 min/ 1,9 ptos (1ª temporada año 1998)
17 partidos/ 5,4 min/ 2,4 ptos (2ª temporada año 1999)
22 partidos/ 7,8 min/ 2,6 ptos (3ª temporada año 2000)
Bien es cierto que en la WNBA se suelen jugar una media de unos 40 partidos por temporada, y considerando que en los 3 años que estuvo Valdemoro en ella (por cierto, la WNBA disputó su primera temporada en el verano de 1997) había menos equipos que ahora, se puede afirmar que jugó la mayoría de partidos de su equipos; esó sí, también hay que añadir que su presencia fue testimonial.
Porque por esa regla de tres, yo me rasgaría la vestiduras por el injusto trato que de le ha dado a DJ Mbenga:
23 partidos/ 6,1 min/ 2,7 ptos/ 1,2 reb
Y él también ha ganado el anillo con los Lakers, pero hay que dar al César lo que es del César, y no creo que comparar la actuación de Gasol con la de Valdemoro sea justo para ninguno de los dos.
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