No creo que a nadie se le haya pasado por alto la nueva ley anti-tabaco y sus nuevas restricciones, anheladas como lluvia de Mayo para muchos, odiada por otros.
Lo que quiero exponer aquí es mi punto de vista, el de un no fumador, no el de todos los no fumadores ni el de toda la sociedad, sino mi visión personal; empezando por el tema de la salud, a mí, lo que se dice beneficiar, no me beneficiaba inhalar el humo del tabaco de los que me rodeaban.
Entiendo que cada uno haga con su cuerpo lo que quiera, pero con una conducta de una persona no se puede perjudicar a la que está a su lado; es decir, si tú quieres respirar el humo del cigarro, bien por tí, pero yo no quiero y tú me estás obligando a hacerlo.
En este punto existe mucha demagogia con respecto a que muchos fumadores dirán "los coches también contaminan y todos respiramos el humo"; y es cierto.
Y las fábricas que fabrican tu tabaco, y las que procesan la comida, y las que fabrican muebles, y las que...y las que... y así podemos estar toda la eternidad.
La diferencia es que yo utilizo mi coche para ir a trabajar, y las fábricas utilizan el combustible para darnos comida, ropa, muebles, electricidad... mientras que el tabaco es un "placer" que viven unos y que perjudican al resto; llevándolo al extremo más exagerado es como si una persona que consume heroína en un banco del parque, cuando ha tomado su dosis se dedica a lanzar unos gramos de droga a la cara de todo aquel que pase cerca.
No hay que olvidar que la libertad de cada individuo termina donde empieza la del otro, lo cual viene a colación de todos aquellos que entienden que este tipo de leyes está relacionada con gobiernos "tiranos y opresores"; por ejemplo, una persona es libre de beberse una cerveza en una bar pero no así de mearse en los portales o de tirar las botellas al suelo, o también es libre de pintar cuadros, pero no de pintar la pared de una casa.
Aunque claro está, mientras no sea mi portal o mi pared...aquí paz y después gloria.
En cambio, mi vecina siempre barre su balcón a las 9:00 todos los sábados y cuando golpea con el cepillo en los barrotes parece que están dando las campanadas...y ella es libre de hacerlo; en este caso entramos en el sentido cívico de cada uno, porque aquellos sábados que me levanto a las 7:30 para ir a arbitrar podía poner la radio en mi casa y decido no hacerlo por respeto a mis vecinos, aunque tengo la libertad para hacerlo...
Y como ejemplo clarificador, si voy por la autopista a 200km/h, además de estar prohibido por ley (igual que fumar en lugares públicos) también pongo en riesgo la vida de los que me rodean (igual que fumar en sitios públicos), así que si quieres jugarte la vida con el coche vete a un lugar tú sólo y haz lo que quieras...pero con mi vida no juegues.
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