martes, 26 de octubre de 2010

Método discutible

Hace aproximadamente un año comencé a arbitrar partidos de baloncesto en la liga de Educación y Gestión de Madrid (EyGM), y como ya comenté en su día, esperaba con bastante certeza el ser elegido entre los mejores de la competición.

Al término de la temporada pasada ya comenté en un artículo que una de las cosas que no me habían gustado de mi primera experiencia arbitral era el hecho de no haber sido convocado a la jornada de clausura en la que se hacen partidos de exhibición entre los dos mejores equipos de cada categoría dirigidos por los mejores árbitros.

El caso es que hace pocos días se volvió a celebrar el curso de árbitros de baloncesto y el director de la sección nos comentó cómo se lleva a cabo la evaluación: dos personas de EyGM acuden cada fin de semana a los distintos partidos que se disputan con la intención de aconsejar a los colegiados, controlar las posibles incidencias y de paso tomar nota de cara al premio de mejor árbitro.

Lo curioso es que la temporada pasada me vinieron a ver en 2 de los 34 partidos que arbitré, o lo que es lo mismo, me evaluaron de acuerdo al 0,06% de mis partidos arbitrados.
Bien es cierto que con sólo dos personas controlando a casi 50 árbitros se hace difícil el acierto en el premio final, pero en ese caso deberían buscar otros métodos de evaluación.

Desde mi punto de vista resulta evidente que con el 0,06% que me vieron arbitrar no pueden decidir que soy uno de los mejores de la liga, pero tampoco pueden decidir que NO lo sea; es por esto que dicho método resulta frustrante para aquellos que somos más novatos dentro de la competición, puesto que a nadie se le escapa que la elección se hace por "compadreo".

Por este motivo encaro esta temporada como un reto, puesto que espero más partidos por jornada (ya que sólo 34 partidos en 20 jornadas se queda corto) y un mayor peso dentro de la liga, no porque crea que soy el mejor, sino porque verdaderamente lo soy.

La cuestión es que habrá mucha gente (coordinadores de EyGM, entrenadores, otros árbitros...) cercana a esta liga que pueda pensar que no es cierta dicha afirmación, pero igual que no tienen pruebas para comprobarlo tampoco las tienen para desmentirlo; y lo peor de todo es que medios no les faltan.

Al inicio de la temporada se hace una reunión con los coordinadores de los colegios participantes, y ahí debería instárseles a llevar un control y una evaluación de los árbitros que cada fin de semana acuden a sus centros escolares; estas notas, unidas a las opiniones de los dos evaluadores, llevarían consigo un sistema de premios y castigos más justo y motivante.

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