sábado, 17 de diciembre de 2011

Mal de altura

En el día de ayer se celebraron las semifinales del Mundial de balonmano femenino y España cayó derrotada frente a la actual campeona olímpica y europea, Noruega (30-22); de este modo sólo nos queda pelear por la medalla de bronce (la mejor clasificación histórica es el 4º puesto) frente a Dinamarca.

Lo que más me llamó la atención de la retransmisión de ayer es que, en el momento en que Noruega abrió brecha en el marcador, los comentaristas justificaban todas las acciones y la más que probable derrota de España con los errores arbitrales.
¿Hubo errores de los árbitros en favor de la actual campeona olímpica? Sí
¿La selección estadounidense de baloncesto se beneficia de la labor arbitral? Por supuesto
¿El combinado español de fútbol recibe mejores arbitrajes desde que está en lo alto de cima mundial? No cabe duda
¿El hijo del jefe o el colega del encargado tienen menos presión en la oficina? Sin lugar a dudas

Primero hay que reconocer lo evidente: España iba a perder ayer sí o sí; ¿por qué? Porque a lo largo de todo el torneo (puedo presumir de haber visto todos los partidos, excepto el de Australia) la selección española ha alternado momentos de exquisito juego con constantes fallos y pérdidas de balón imperdonables.
¿Cómo se puede aspirar a lo más alto si en los dos partidos donde ha tenido que dar la talla (Brasil en cuartos y Noruega en semifinales) ha cometido cerca del doble de pérdidas de balón que su rival? ¿Cómo se puede explicar que ante Brasil, en todas y cada una de las superioridades numéricas que tuvimos, el riva siempre conseguía parciales anotadores a su favor?

Ese es el principal problema de muchas selecciones nacionales en algunos deportes (balonmano femenino, voleibol, baloncesto femenino, hockey hierba femenino, etc): tenemos calidad, experiencia, juventud y técnica suficiente para competir al máximo nivel, pero nos falta lo esencial: nivel mundial.
¿Qué es el nivel mundial? Lo que hace que un jugador, de cada 100 ó 1.000 partidos, tenga uno o dos no malo, sino "menos bueno"; el resto, alternando entre magnífico, extraordinario y estratosférico.
Un ejemplo en el partido de ayer: las porteras; la portera noruega rayó a un nivel increíble, mientras que la española le tocó ayer el partido flojo (aunque combinado con grandes paradas), sin acercarse ni mucho menos al nivel ofrecido contra Montenegro o Brasil.
Es decir, que la portera noruega está entre las tres mejores del mundo y la española entre el puesto 5 y el 20.

Messi es un jugador de nivel mundial; Keita es un buen jugador.
Casillas es de nivel mundial; Arbeloa es un jugador normal.
Michael Jordan es un jugador de nivel mundial; Carlos Cabezas es un jugador aceptable.
Rafa Nadal tiene nivel mundial; Verdasco es un buen tenista.

El gran problema es que los equipos que España ha dejado atrás en la clasificación en este Mundial, en los próximos años seguirán evolucionando al igual que nosotros, así que no sólo hay que pelear por meterse en el "carro" del nivel mundial sino que además hay que impedir que nos adelanten por la derecha (costumbre española donde las haya).

Mañana será el partido por el bronce y España puede ganar, o perder, pero en ambos casos no será culpa "sólo" de los árbitros como nos querían hacer ver los comentaristas de Teledeporte:
-Pérdida absurda de España = "Claro, los árbitros nos han desconcentrado con sus decisiones"
-Tiro claro mandado a las nubes = "¡Eso era falta!"
-Una y otra vez llegan sin oposición a nuestra portería = "Si nos hubieran pitado ese penalti en la primera parte..."

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